Pulp fiction y Los detectives salvajes

(Publicado por Miriam Anguisaca Velázquez)

Pulp fiction y Los detectives salvajes son dos obras que presentan las características propias de las narraciones modernas.

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La película estadounidense dirigida por Quentin Tarantino y estrenada en 1994, destaca  por ser claramente  no lineal, pues vemos cómo la temporalidad de las diferentes tramas (dos ladrones; dos gansters; y un boxeador) se rompe, no se siguen de manera cronológica.

Aunque en principio nos dé la sensación de que son historias independientes podemos ver cómo poco a poco van relacionándose gracias a la existencia de un hipernúcleo, Marsellus Wallace, mafioso alrededor del cual se producen los diferentes negocios y disputas.

Asimismo, el elemento clave que denota esa no secuencialidad es la estructura de la película que se divide del siguiente modo:

  1. Especie de prólogo donde antes de la aparición de los créditos se ve a Pumpkim y a Honey Bunny en una cafetería planeando el asalto de esta.
  1. Luego vemos a dos gansters, Vincent Vega y Jules Winnfield, que trabajan para Marsellus Wallace. Mientras van de camino para cumplir una  misión mantienen una conversación, Vicent le cuenta a su compañero que el jefe se va de viaje y le ha pedido que cuide de su mujer.

Llegan al apartamento de “tres” jóvenes (Brett, Roger y Marvin) con la intención de encontrar un maletín que había sido robado. Tras recuperarlo, ambos terminan disparando a Brett yv Roger.

  1. Vincent Vega y la esposa de Marsellus Wallace.

Aparece brevemente la escena de un bar donde Butch está cerrando un trato con Wallace. En este lugar se cruza con Vincent y Jules quienes llegan para devolver el maletín al jefe.

Luego podemos ver que Vincent va a recoger a Mía. Es en este momento donde nos damos cuenta de que esa información que Vincent da anteriormente sobre la tarea de cuidar a Mía Jones (mujer de Wallace) era una catálisis, ya que ahora se convierte en un hecho más significativo. Mía sufre una sobredosis.

  1. Aparece Butch de pequeño. Recibe la visita de un amigo de su padre, un veterano de la guerra  que le entrega un reloj y le cuenta su historia. Este reloj había pasado de generación en generación en los hombres de la familia (catálisis porque ahora no es más que una simple información añadida, pero más adelante veremos que este reloj desencadena todo un proceso de huida, dando lugar a un núcleo de la trama de Butch).

Luego, tras el ruido de una campana vemos que un adulto Butch se levanta preparado ya para una lucha de boxeo.

Claramente se trata de un flashback o analepsis sin ningún tipo de marca, ya que nadie o nada nos indica que se trata de un recuerdo, nos damos cuenta de esto cuando vemos al personaje ya de mayor.

La narración contemporánea lo que hace es yuxtaponer presente con pasado sin ninguna marca. Es aquí donde el lector deberá hacer un ejercicio asociativo para darse cuenta cuándo se produce cada suceso.

  1. El reloj de oro.

Butch estafa a Wallace al no dejarse ganar en la lucha. Al día siguiente tiene que volver a su antiguo piso porque su novia ha olvidado coger el reloj.

Una vez en el piso, se da cuenta de que Vincent le está esperando, pero aprovechando un descuido de éste, coge la pistola y lo mata. Se produce todo un proceso de huida.

Esta secuencia refleja evidentemente la no linealidad, ya que en la acción siguiente podemos ver que Vicent aparece vivo.

  1. La situación con Bonnie.

Volvemos a situarnos en la parte 2.  Desde otra focalización nos damos cuenta de que en el baño está escondido un cuarto muchacho, éste oye de fondo toda la discusión de Vincent y Jules (focalización interna).

En un intento de huir el joven sale disparando, pero aquellos lo matan enseguida.

Salen del apartamento con Marvin, pero a Vincent sin querer se le escapa un tiro y mata al joven. Acuden a casa de Jimmie, y este cabreado les dice que como llegue su mujer, Bonnie, va poner el grito en el cielo.

En este momento se observa una especie de prolepsis porque mientras Jules llama a Wallace para informar del caso y pedir una solución, se ve cómo a la vez aparece otra imagen donde llega Bonnie y sorprende a los tres con el cadáver de Marvin. Es como una predicción de futuro, de algo que puede pasar, aunque finalmente no suceda. Lo que en este caso hace la prolepsis es abrir una falsa expectativa.

Jules y Vincent se deshacen del cuerpo y juntos deciden ir a desayunar.

  1. Finalmente, la película concluye ubicándonos de nuevo como al principio, en la cafetería.

Jules manifiesta la angustia que siente sobre su vida criminal, le confiesa a Vincent que lo único que desea es devolver el maletín a Wallace y después dejar ese tipo de vida y marcharse a otro lugar (por eso, en la escena 4 vemos cómo ambos van a devolver el maletín, y en la 5 aparece Vincent ya trabajando solo cuando debe ir a ajustar cuentas con Butch).

Mientras tanto se observa en otro plano la misma escena del principio, a Pumpkim y Honey Bunny planeando el asalto.

Por tanto, podemos ver cómo a lo largo de la película se produce un anacronismo sistemático. Las tramas van y vuelven, empiezan a desarrollarse, se suspenden, luego se retoman, y a todo esto hay que añadir que no se suceden en un orden cronológico. Incluso tramas que son simultáneas (como la primera y la última) se producen en un orden aleatorio.

Todo esto hace que se produzca una ruptura de la lógica tradicional de causa-efecto, pues al existir la posibilidad de una combinación libre, los sucesos que se producen después no se justifican necesariamente por lo que ha sucedido antes, lo cual provoca a la vez que la historia sea potencialmente infinita, que no exista clausura y por tanto, que no haya un cierre de sentido final.

Por esta razón, el espectador deberá mantener una actitud activa y participar en el proceso de creación de la historia conectando los diferentes elementos que aparezcan en ella para poder  finalmente extraer su propia interpretación.

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Asimismo, Los detectives salvajes, obra publicada en 1998 por el escritor chileno Roberto Bolaño es una hipernarración, ya que además de englobar los rasgos vistos en Pulp fiction presenta también otros muy característicos de la narración posclásica.

La obra se organiza en tres partes: la primera y la tercera son narradas en forma de diario por un joven de 17 años estudiante de derecho, Juan García Madero. La primera transcurre en México D.F. en 1975 y la tercera en el desierto de Sonora (norte de México) en 1976.

La segunda parte se puede considerar una especie de paréntesis donde se recogen a través de distintos testimonios las vivencias entre los años 1976-1996 de los poetas Arturo Belano y Ulises Lima.

Podemos apreciar que las diferentes acciones del relato o las diferentes voces que aparecen se articulan en torno al movimiento real visceralista y a sus fundadores, lo cual actuaría como una especie de hipernúcleo.

Asimismo, notamos la presencia de distintas catálisis, sucesos que en primera instancia parecen  periféricos, pero que luego desembocarán en núcleos al convertirse en acontecimientos esenciales porque generan efectos y desencadenan acciones. Por ejemplo, en la primera parte se menciona de manera sutil a Cesárea Tinajero, no se le da mucha importancia. Sin embargo, en la segunda y tercera parte se verá ya cuánta importancia tiene este personaje, pues su búsqueda representa uno de los ejes centrales del relato.

“Según Arturo Belano, los real visceralistas se perdieron en el desierto de Sonora. Después mencionaron a una tal Cesárea Tinarejo o Tinaja, no lo recuerdo,…” (LDS. Primera parte. Pág. 17)

 

Los detectives salvajes es una narración claramente no lineal donde los hechos se producen de forma aleatoria, no existe un orden cronológico. Además, todo esto se puede apreciar gracias a la existencia de una serie de mecanismos propios de este tipo de narración:

–          Analepsis o flashback, cuya función consiste en evocar un recuerdo pasado. Básicamente la mayoría de los testimonios están constituidos por analepsis, ya que evocan sucesos ocurridos en el pasado. Tal es el caso de la formación del realismo visceral, hechos históricos como la matanza de Tlatelolco, el Golpe de Estado de Chile… en definitiva, nos proporciona informaciones que nos puede ser de gran ayuda para poder entender por ejemplo por qué determinado personaje es o actúa así.

Asimismo, se puede observar la combinación de un flashback marcado-no marcado, ya que hay un momento en el que se observa que Juan García M. estando en una fiesta en casa de O’Hara empieza a recordar (se sitúa en el pasado) pero una vez que cuenta la historia no da cuenta de que ya ha vuelto al presente. Por ejemplo:

“mientras ellos hablaban… paulatinamente me fui desconectando, ensimismado, me puse a pensar en los extraños hechos que había vivido esa mañana en casa de los Font.”(Analepsis o flashback marcado. LDS. Pág. 79).

Luego continúa su relato sobre lo sucedido en casa de los Font y de la cita que tiene con María, hasta que de repente hace un corte, e introduce ya el presente sin previo aviso.

“El resto del día lo pasé con María y detrás de María. Llovió un par de veces… La segunda vez no salió nada, nubes negras y la noche en el valle.

Catalina O’Hara es pelirroja, tiene veinticinco años, un hijo, está separada, es bonita.” (LDS. Pág.82).

–          Prolepsis o flashforward, cuya función es contar por adelantado un acontecimiento posterior. Por ejemplo:

“ 30 de diciembre

Hoy he vuelto a casa de las Font. Hoy he desagraciado a Rosario” (LDS. Pág.121)

Juan García M. lo que hace es anunciar en dos líneas todo lo que va a contar a continuación.

–          Aleatoriedad, ruptura del tiempo.

Otro rasgo fundamental es el multiperspectivismo que se manifiesta sobre todo en la segunda parte de la obra. Esta parte se constituye por distintas voces que manifiestan sus puntos de vista, cada personaje-narrador lo que pretende es exponer desde un enfoque más íntimo las experiencias vividas alrededor de los dos personajes centrales (Ulises Lima y Arturo Belano) y del realismo visceral.

A partir de toda esta suma de focalizaciones internas lo que se pretende es crear un efecto ilusorio de focalización cero, es decir, que el lector pueda ser consciente de todo lo que sucede y piensan los personajes. Sin embargo, también debemos tener en cuenta que no siempre podemos estar seguros de que sabemos todo en la historia ya que puede aparecer una focalización que cambie lo que hasta entonces habíamos imaginado; de ahí, el carácter ilusorio. Por ejemplo, la intriga que se mantiene a lo largo de la historia sobre Cesárea Tinajero hace que lector deposite en ella grandes expectativas, sin embargo, hacia el final vemos cómo esa idealización se pierde cuando Juan G. Madero manifiesta que “Cesárea no tenía nada de poética. Parecía una roca o un elefante. Sus nalgas eran enormes y se movían al ritmo que sus brazos, dos troncos de roble, imprimían al restregado y enjuagado de la ropa” (LDS pág. 602)

Al tratarse de narraciones plenamente subjetivas, es normal que aparezcan focalizaciones discordantes, pues cada personaje desarrolla unas determinadas sensaciones, sentimientos o pensamientos dependiendo de cómo haya  vivido una determinada situación. Así, en unos momentos observamos cómo algún personaje apoya a los líderes del real visceralismo (por ejemplo, cuando Jacinto Requena se niega a participar en una antología de poetas mexicanos al saber que no van a contar con Ulises. Pág.275), mientras que otros los critican (por ejemplo, cuando Alfonso Pérez afirma que Ulises y Arturo no eran escritores, sino vendedores de droga. Pág. 328).

Además, toda esa aleatoriedad mencionada anteriormente y esta multiplicidad de voces originan que la narración sea potencialmente infinita, pues esas idas y venidas de tiempos o de recuerdos hacen que el texto carezca de orden y con ello de clausura. De la misma forma, al no existir secuencialidad se produce también una ruptura de lógica tradicional de causa-efecto, ya que los hechos que se producen después no vienen necesariamente justificados por los sucesos anteriores.

Este tipo de texto hipernarrativo lo que permite es dar saltos de una información a otra sin necesidad de haber leído la información anterior. No existe un camino unívoco de interpretación, sino que la historia se puede bifurcar en distintos caminos.

Por esta razón, es de vital importancia la participación activa del lector ya que es este quien a modo de “detective” no solo deberá asimilar las distintas informaciones que se le otorguen, sino también asociarlas para extraer una interpretación propia.

El objetivo fundamental es hacer del discurso no un vehículo de transmisión, sino un espacio de exploración.

Toda la novela en sí, es un collage hipertextual en el que conviven diferentes estilos (Intertextualidad. Se cita a numerosos autores y obras que provocan que en muchas ocasiones haya choques entres los defensores y los detractores de dicho estilo. Por ejemplo, Octavio Paz); voces (testimonio de cada uno de los personajes-narradores) y registros (se puede contraponer la forma de habla de la prostituta Lupe con el escritor Manuel Maples Arce). Todo ello, con la intención de plasmar un conflicto entre distintos universos ideológicos o estéticos. Precisamente, una característica fundamental de las sociedades modernas es el conflicto entre las diferentes formas de hablar, pero también de representar la realidad.

Hay que tener en cuenta que la relación entre las distintas voces (polifonía) se produce sin ningún tipo de jerarquización, ninguna se subordina a otra, pues aquí todas tienen la misma legitimidad.

Cada personaje posee autonomía, independencia y autoridad para manifestar dichos pensamientos, por eso, es normal que en algunas ocasiones las diferentes voces puedan dialogar entre sí, y en otras incluso se repliquen, al existir una oposición ideológica.

En este sentido, el hecho de utilizar una estructura antiautoritaria (centrífuga) indica ya desde el principio el rechazo a la centralización porque lo importante aquí es mostrar la pluralidad ideológica otorgando a cada una la misma importancia.

Por eso, además de los temas de denuncia social, política o histórica que puedan tratar los diferentes personajes, es totalmente fundamental tener en cuenta que la misma estructura o forma que el autor da a la obra es totalmente reivindicativo, pues con esto indica ya el contenido ideológico del texto.

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